En la edad media existían dos clases de mujeres con dos vidas muy diferenciadas:
Las mujeres con una posición más privilegiada tenían dos opciones de futuro:
- La primera opción era contraer el matrimonio, ya que no resultaba imaginable que una dama permaneciera soltera por voluntad propia.
- En el caso de no contraer matrimonio, la mujer entregaba su vida, es decir, su virginidad a Dios, y por tanto quedaba fijada su vida a la iglesia.
Por otro lado encontramos las mujeres con una posición menos privilegiada que las anteriores.
Tanto hombres como mujeres comunes, tenían los mismos oficios o labores. No había diferencia
Las mujeres al igual que los hombres bordaban, fabricaban guantes y sombreros. En el oficio del metal, las mujeres, eran agujeteras, cuchilleras, herraban caballos, fabricaban tijeras, cerrajeras, joyeras, orfebres y talladoras de oro. También ellas eran vendedoras de carne, fruta, pan leche, queso y pescado. En las guerras fueron espías y grandes luchadoras.
Las mujeres tuvieron muchos oficios, aunque también había trabajos exclusivos para mujeres, como aquellos donde se trabajaba con seda, ya que en estos trabajos se necesitaban manos suaves y dedos delicados.
En el caso de que la mujer acabara por formar una familia, esta era el núcleo de la pareja y de la casa, la mujer común se dedicaba a hacer tareas domesticas. Todas las mujeres, tanto nobles como comunes, educaban a sus hijos, y se encargaban de la salud y la higiene.
Finalmente, por lo que hace la educación, existían escuelas para niñas y para niños separadas, en estas escuelas, las niñas aprendían la lengua del latín, aprendían a leer y escribir, principalmente las sagradas escrituras.
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